Vender su coche usado para comprar un scooter eléctrico
Tanto el alquiler de larga duración como la venta de un coche usado son situaciones que presentan ventajas y desventajas. Compararlas es necesario para entender cuál es la situación más provechosa para cada usuario, ya que todo depende de las necesidades que se tengan.
Alquiler de larga duración
Este es el primer supuesto. Conocido popularmente como renting, esta forma de negocio ofrece coches nuevos para usuarios que desean mantenerlos durante un tiempo que suele estar comprendido entre los 4 o 5 años pero que no quieren hacerse en propiedad con el coche usado en cuestión. La cuota a pagar será mensual y no cambiará con el paso del tiempo, por lo que el desembolso será siempre el mismo.
Las ventajas son indiscutibles, ya que las reparaciones mecánicas y la sustitución del modelo por uno nuevo cuando finalice el plazo de alquiler corren a cargo de la empresa que alquila. También es posible comprar el coche usado al finalizar el renting, una circunstancia que debe negociarse de cerca.
Vender un coche usado
Por su parte, la compraventa de coches mantiene unas características diferentes. Aquí es interesante fijarse en los modelos usados y en las transacciones entre particulares para entender las auténticas ventajas al vender.
Como es evidente, la primera es que el vehículo pasa a ser propiedad exclusiva y se puede hacer el uso que se desee de él. El precio es también mucho más bajo, otro punto a favor de este tipo de transacción.
Con todo, el proceso debe quedar regulado con un contrato de compraventa entre particulares que sea totalmente legal, si no se quiere quedar expuesto a posibles problemas.
En definitiva, comparando ambas situaciones se entiende que cada una de ellas ofrece ventajas a diferentes usuarios. El alquiler de larga duración es una magnífica opción para conductores que tengan que hacer muchos kilómetros sin querer invertir grandes sumas de dinero. La venta de un coche usado es una operación amortizable a largo plazo perfecta para el que desea disfrutar de una propiedad.