Beneficiarse de una tasa de interés muy baja para renegociar los créditos en curso
Hay muchas ocasiones en las que la firma de un contrato de préstamo se lleva a cabo bajo unas condiciones que no son favorables con el discurrir del tiempo. Así, usar la solicitud de anulación de un crédito da la oportunidad de renegociar las condiciones firmadas.
Casos en los que puede usarse el documento
Lo primero es tener claro que esta acción puede llevarse a cabo siempre que se esté al corriente en el pago y no existan problemas de ninguna índole con la entidad bancaria que concedió el crédito personal, ya que lo contrario dificultará e, incluso, hará imposible las negociaciones. Renegociar el tipo de interés de este producto financiero es sencillo y debe ser llevado a cabo siempre que existan las condiciones oportunas para hacerlo. Así, un descenso de los intereses oficiales o el pago adelantado de una cantidad mayor que la cuota mensual establecida son situaciones en las que puede negociarse el interés en cuestión.
La forma y el contenido de una solicitud de anulación de un crédito
Lo principal es hacer que el documento llegue a la entidad en cuestión de forma correcta. Usar el burofax o cualquier otro medio que deje constancia del envío y del recibo es ideal para ello. Por otro lado, el documento debe contener los datos del crédito obtenido, las condiciones en las que se firmó y las alegaciones por las que se considera necesario iniciar un proceso de renegociación, situaciones para las que se debe adjuntar la mayor cantidad de información posible. La negociación debe afrontarse con premura, ya que el paso del tiempo puede hacer cambiar las condiciones en las que se quiere establecer el nuevo interés.
En definitiva, usar la solicitud de anulación de un crédito es el primer paso que debe adoptarse para iniciar una negociación en la que se consiga un interés más bajo del dinero que aún quede por devolver. Esta situación permitirá a los beneficiados disfrutar de unas condiciones de pago más favorables para terminar de devolver la cantidad que un banco puso a su disposición.