Cuándo hay que vender las acciones
Para vender las acciones de cualquier compañía se requiere una serie de aptitudes en las que se combinan la intuición y el respeto por la legislación vigente al respecto. El proceso está orientado a maximizar beneficios o a minimizar pérdidas, por lo que se debe afrontar con unas expectativas claras.
Diferentes casos
No es lo mismo vender las acciones de una entidad participada que opere en el mercado bursátil que afrontar la transacción de una sociedad no participada. Es en estas últimas en las que se debe tener un mayor respeto por los formalismos legales, ya que lo contrario puede poner en riesgo el proceso de compraventa. Empresas de este tipo son las de tipo limitado, anónimo e incluso las unipersonales, compañías en las que las acciones pueden servir tanto para tomar una parte del control como para hacerse con la entidad enteramente, siempre que se deje patente en el contrato a firmar entre las partes.
El momento oportuno para vender las acciones
Aunque sea difícil estimar cuál es el mejor momento para vender las acciones de una entidad debido a las condiciones variables del proceso en sí mismo, lo cierto es que sí se pueden tener en cuenta algunos factores que influyen en él. Es evidente que las expectativas de ganancias pueden ser el objetivo fundamental. Así, un momento adecuado es cuando se alcanza el crecimiento máximo de la empresa o cuando se interpreta que el paquete de acciones puede estancarse e incluso deteriorarse. Las condiciones de venta, el montante de la operación y otros aspectos deben quedar recogidos debidamente en un contrato formal.
El proceso de vender las acciones de una compañía puede resultar realmente beneficioso para todas las partes si se lleva a cabo en el momento oportuno. No obstante, al margen de hacerse a tiempo, las cláusulas del proceso y las condiciones generales de venta deben quedar perfectamente recogidas dentro de un contrato que regularice la transacción si no se quiere quedar expuesto a posibles circunstancias negativas.