Cómo registrar una falta profesional y prevenir su reincidencia
Registrar una falta profesional de un empleado es muy recomendable incluso en casos de ofensas leves, ya que sin dicha amonestación se corre el riesgo de que los hechos vuelvan a ocurrir. Además, el registro de dichas faltas es fundamental a la hora de tramitar una ofensa más grave, ejerciendo de precedente.
La importancia de registrar una falta profesional
El buen funcionamiento de una empresa depende sin duda del control de las actividades de sus empleados, y esto es importante vigilarlo al amparo de la legalidad con los documentos pertinentes. Por ejemplo, si un trabajador comete una falta laboral, aunque esta sea leve, conviene dirigirle un escrito de amonestación firmado por el director o en quien este delegue, ya que esto actúa a modo de prevención en situaciones venideras. Al registrar una falta profesional, además, el empresario se protege ante posibles infracciones futuras.
La amonestación a un empleado: una necesidad en muchos casos
Aunque obviamente ningún empresario quiere tener que lidiar con casos de infracción laboral, registrar una falta profesional es a menudo una necesidad. Por ejemplo, si un trabajador llega tarde al trabajo de manera frecuente, actúa de manera irrespetuosa con el resto de la plantilla o, simplemente, fracasa ostensiblemente en el desempeño de su labor por indolencia o falta de compromiso, es imperativo proceder a advertirle de la situación con un documento legal. Y es que, además, si no se procede de esta forma, dicha advertencia carece de validez formal y puede llegar a generar demandas por parte de los trabajadores.
En definitiva, efectuar el registro de infracción de un trabajador es la mejor medida para prevenir faltas futuras y ofensas graves. El efecto que garantiza dicho escrito puede ser el de una mejora en el desempeño laboral de ese empleado, corrigiendo en lo sucesivo su conducta y erradicando el problema.