El trabajo a domicilio ahorra el arrendamiento de un local de negocio
Firmar un contrato de arrendamiento de un local de negocio es imprescindible para cumplir con la legalidad y asegurar los derechos de ambas partes. En ocasiones, sin embargo, la oficina de trabajo va a ser también el lugar de alojamiento del inquilino. La redacción de un contrato único, en estos casos, requiere la asistencia de profesionales.
El contrato único de arrendamiento de un local de negocio
El contrato de arrendamiento de un local de negocio se aplica, siempre, a la hora de alquilar un espacio para un uso distinto de la vivienda. Su destino, por lo tanto, es única y exclusivamente el ejercicio de una actividad económica por un periodo temporal concreto, pactado entre las partes, a cambio del cual el inquilino se compromete a abonar al propietario un alquiler periódico en los términos definidos.
El documento incorpora los derechos, las obligaciones y las responsabilidades de ambas partes, así cómo las limitaciones específicas sobre su uso. Una de ellas, inherente a la propia naturaleza del contrato, es el uso del local como vivienda. Con todo, en determinadas ocasiones un inmueble puede prestarse a ambas funciones (trabajo y alojamiento), siempre y cuando cumpla una serie de requisitos y condiciones.
La redacción de un contrato único
El contrato de arrendamiento de un local de negocio no es suficiente para regular un acuerdo que incluya el uso del espacio como alojamiento y vivienda habitual. Para ello, hay que partir de un enfoque específico y tener en cuenta, además, que las condiciones fiscales que afectan a uno y otro uso no son idénticas.
Consecuentemente, es necesario utilizar el modelo específico que rige este tipo de alquileres mixtos (negocio y vivienda) y regula cuestiones como los horarios, las zonas o los espacios asignados a uno y otro uso. Es fundamental definir correctamente ambos aspectos, ya que se pueden generar incumplimientos legales que conllevarían gravámenes y perjuicios para los contratantes.
Contar con la experiencia y los conocimientos de profesionales jurídicos cualificados es fundamental al redactar un contrato mixto de alquiler de alojamiento y negocio. La seguridad del inquilino, de sus clientes, la salvaguarda de sus derechos y la tranquilidad del contratante ante un posible conflicto o falta de pago son totales cuando se actúa conforme a derecho al redactarlo.