Tomarse un año sabático antes de iniciar una nueva carrera

Muchos estudiantes se encuentran indecisos a la hora de decidir qué estudios cursar. Cada vez más, como se hace en otros países, deciden tomarse un año sabático para ordenar sus ideas y acumular nuevas experiencias personales.

Ventajas de tomarse un año sabático

Sin duda, aparcar la elección de la carrera y acumular nuevas vivencias permite abrir la mente y salir del camino académico convencional, lo que favorece conocerse mejor y decidir con un criterio más amplio. Viajar, relacionarse con gente diferente, ampliar las experiencias y desarrollar nuevas habilidades forman parte de este proceso de crecimiento personal. Por otra parte, dado que el currículo estudiantil de los candidatos a cualquier empleo se ha uniformizado, son los matices personales los que marcan las principales diferencias entre los perfiles demandados, motivo por el cual un voluntariado o una iniciativa concreta durante este año sabático pueden resultar determinantes.

Inconvenientes y consideraciones adicionales

Si la persona que va a tomarse el año sabático ha estado combinando sus estudios con algún tipo de trabajo, necesitará presentar una carta de renuncia o baja laboral voluntaria, para lo cual puede inspirarse en los modelos existentes en Internet o acudir a un profesional del ámbito legal. Por otra parte, es fundamental organizar muy bien ese parón académico, aprovechar el tiempo al máximo, ya que se corre el riesgo de adquirir malos hábitos personales e incurrir en una serie de gastos que no están al alcance de todo el mundo… y que, en ocasiones, no resultan en absoluto rentables.

En conclusión, abandonar los estudios durante un año para viajar, hacer cosas diferentes y conocer a gente nueva es una opción personal beneficiosa siempre y cuando se tenga claro el objetivo de lo que se quiere conseguir en ese periodo. No obstante, se corre el riesgo de desaprovechar un tiempo valioso, adquirir hábitos nocivos y derrochar un dinero que no se recuperará.