La lucha contra el blanqueo de capitales ¿pasa por la eliminación del dinero?
Las distintas formas de pago electrónico van ganando terreno rápidamente a los pagos en efectivo. Esta tendencia, imparable por cierto, puede convertirse en uno de los recursos más poderosos para luchar contra el blanqueo de capitales y el fraude fiscal.
Si bien en Alemania todavía no existen restricciones con respecto al importe a pagar en efectivo, varios países europeos tienden a eliminar al efectivo en las transacciones comerciales. Un claro ejemplo es Dinamarca, donde se ha decidido liberar a varios tipos de comercios de la obligación de admitir efectivo como contraprestación a sus productos y servicios. Se trata, en un principio, de las tiendas de ropa, los restaurantes y las gasolineras. Suecia e Islandia son otros dos países que han avanzado en este aspecto, y apuestan por la ventaja de que se pueda pagar todo, incluso unos caramelos, con tarjetas o transferencias electrónicas. Entre los factores detonantes para que desaparezca el dinero en efectivo destaca la lucha contra el blanqueo de capitales.
Modalidades de pago que evitan el uso de metálico
Los estudios económicos han detectado que el blanqueo de capitales disminuye allí donde aumentan los pagos por vía electrónica o con un medio donde no intervenga el efectivo. Actualmente existe diversidad de métodos de pago, tanto a través de aplicaciones que se utilizan en el teléfono móvil como con tarjetas de débito o de crédito, transferencias, talones y pagarés. En estos dos últimos casos se omite el uso de los dispositivos electrónicos. Los talones son emitidos bajo la responsabilidad de reconocidas instituciones financieras, y los pagarés constituyen documentos en los cuales se formaliza una promesa de pago. Es fundamental que este tipo de medio de pago siga un modelo básico, cuya redacción y control debería quedar en manos de profesionales expertos en documentación.
Una de las condicionantes que podría entorpecer el avance de los pagos electrónicos, además de la intencionalidad de quienes han desarrollado algún tipo de blanqueo de capitales, es la falta de información. Ningún medio de pago innovador podrá extenderse si el usuario siente inseguridad. De ahí que aún se empleen con éxito los talones y los pagarés, elementos más tangibles.