Tras la oficina compartida y el coche compartido llega el trastero compartido y el almacén compartido

Al igual que ya se comparten la oficina y el coche para ahorrar gastos, es posible establecer un contrato para compartir el almacén y el trastero. En ambos espacios cabe llegar a un acuerdo que establezca las condiciones de un uso compartido.

Ventajas de un trastero compartido
No cabe duda de que en muchos casos los propietarios disponen de un trastero o almacén de dimensiones que exceden sus necesidades. Por otro lado, la sociedad actual ha aprendido a sacar el máximo provecho del uso en común de ciertos bienes, como sucede en el caso de las oficinas (espacios en que trabajan distintas empresas) o en el de los coches (para realizar desplazamientos reduciendo el coste del viaje). Un trastero compartido es bueno tanto para el propietario del mismo como para quien lo comparte con él: el coste de disponer de tal espacio es menor, y se le da un uso más pleno al trastero o almacén en cuestión.

Factores a tener en cuenta en el uso compartido de un desván o almacén
El acuerdo entre las partes que comparten el uso de este espacio debe tener su reflejo en un documento legal. En este documento resulta fundamental reflejar los siguientes factores: proteger la integridad y el estado de dicha propiedad, fijar el uso que se le va a dar, el coste de dicho uso, etc. Por ejemplo, para que todo se mantenga dentro de la legalidad se puede firmar un contrato de arrendamiento de trastero, que firmarán quien ostente la propiedad y el arrendatario estableciendo las condiciones, el uso al que se destinará el espacio, el tiempo de duración del acuerdo, el coste, etc.

Compartir puede ser el mejor medio de reducir gastos y aprovechar al máximo los recursos de que se dispone. Si bien el uso de un trastero compartido o un almacén puede ser una fuente de ventajas, es conveniente disponer de un documento legal de arrendamiento que fije las condiciones aceptadas por las partes implicadas.