Contrato profesional para una consulta médica

A la hora de montar o de trasladar una consulta médica a un nuevo espacio se deben tener en cuenta algunos requisitos legales que afectan especialmente a este tipo de profesionales, algo que debe quedar recogido en el contrato que firmarán las partes como expresión de su acuerdo.

Las características de una consulta médica

Es evidente que la actividad médica tiene una serie de peculiaridades que la hacen diferente de otros desempeños comerciales, por lo que esto debe quedar a las claras en el contrato de arrendamiento que se firme para el local elegido. Al margen de la razón social del negocio, debe determinarse si el espacio cuenta con los certificados necesarios para desarrollar este tipo de actividad o si, por el contrario, es necesario realizar reformas que se reflejen en el contrato de arrendamiento del local comercial en cuestión. Este es uno de los primeros pasos y debe decidirse cuál de las partes se hace cargo de los costes si estos son necesarios.

Otros aspectos importantes

Pero al margen de ello, el contrato de alquiler de este tipo de local comercial deberá tener una serie de cláusulas especiales que normalicen completamente la situación que va a vivir el espacio arrendado. Esto se traduce en la necesidad de reflejar por escrito los distintos sistemas de eliminación de residuos potencialmente peligrosos, el equipo médico que se encontrará en el interior del local y otros aspectos similares. También debe hacerse constar la existencia de materiales inflamables o peligrosos y cuál es la forma correcta de actuación en caso de accidente, algo para lo que es realmente útil la contratación de un seguro y su consecuente explicitación en el contrato.

En conclusión, el contrato que haga efectivo el arrendamiento de un local comercial para convertirse en una consulta médica requiere de una formulación exacta que permita a las partes estar totalmente protegidas ante posibles imprevistos, algo que también hará que la convivencia no se vea abocada a problemas de distinta índole que se deriven de la inexactitud del contrato.