Trabajar en una start-up puede acabar en boda

No existe ningún impedimento legal que impida que trabajar en una start-up se convierta en algo más dando como resultado una relación de pareja. Eso sí, es conveniente que las partes tengan cuidado con ciertos detalles que podrían resultar peligrosos.

Trabajar en una start-up y casarse

Sucede en otros muchos ambientes profesionales. Las personas que trabajan en una start-up comparten una serie de preocupaciones y motivaciones y pasan tantas horas juntos que no es extraño que surjan relaciones más íntimas que las meramente profesionales. El derecho laboral no tiene nada que decir al respecto, ya que es algo que cae enteramente en la esfera de la vida personal de cada uno de los trabajadores implicados en la relación. Si bien esto es cierto, la verdad es que sí que hay empresas que no lo ven con buenos ojos, aunque todo depende del caso y las circunstancias.

Situaciones comprometidas

La realidad es que una relación en el entorno laboral siempre conlleva una serie de riesgos que no deben dejar de tenerse en cuenta. Extender los problemas sentimentales al ámbito profesional no es el menor de ellos y puede deparar numerosos imprevistos a la compañía en la que se trabaje. Por su parte, si entre la pareja existen relaciones de jerarquía, los problemas pueden acentuarse. Tampoco hay que perder de vista la posibilidad de que exista acoso por parte de uno de los miembros, algo para lo que se debe iniciar un proceso legal que comience con una carta de comunicación.

Nada impide trabajar en una start-up y casarse. No obstante, siempre está bien atender a ciertas consideraciones antes de iniciar una relación cualquiera en el lugar de trabajo. Inestabilidad laboral, problemas de productividad, incapacidad para separar la vida profesional de la persona e incluso casos de acoso son situaciones problemáticas tanto para la empresa como para las partes afectadas.