Prestar dinero a su mejor amigo… Vale, de acuerdo, ¡pero mediante un buen contrato!

No es nada extraño tener que prestar dinero a un amigo. Sin embargo, esta situación debe ajustarse a la legalidad vigente si no se quieren tener problemas de distinta índole, algo que recomienda redactar un contrato para formalizar el acuerdo.

Claves para prestar dinero a un amigo

Es fundamental tener presente que un préstamo a un amigo no es ninguna donación, una operación financiera que se regula de forma muy distinta y está sujeta a otras imposiciones legales. Un préstamo, sea a un familiar o un amigo, es una cesión de capital regulada de forma muy precisa. Si no se lleva a cabo de la forma adecuada y se plasma en un contrato, hacienda podría considerar que se trata de una donación y aplicar los impuestos efectivos para estas operaciones. Además, el contrato sirve como herramienta legal para poder reclamar la cantidad prestada ante cualquier organismo legal, por lo que su utilidad es máxima.

Detalles del contrato

Para que prestar dinero a un amigo sea una operación libre de problemas, el contrato debe contener toda la información que marcará la relación. Por ejemplo, debe quedar claro quiénes son el prestamista y el prestatario. Este acuerdo entre las partes también obliga a declarar la cantidad prestada y el medio por el que se reembolsará. El periodo de tiempo para acometer la devolución y, por supuesto, los intereses generados por el préstamo deben ser incluidos en un documento que deberá ser lo más completo posible para evitar que hacienda o cualquier otro organismo pueda malinterpretarlo.

En definitiva, prestar dinero a un amigo no es algo que deba hacerse a la ligera y fuera de los cauces legales que cualquier préstamo tiene. La firma de un contrato que refleje todos los detalles de la situación es la mejor forma de conseguir que el acuerdo sea ventajoso para todas las partes y, además, para evitar problemas con las administraciones públicas.