Más vale una mala negociación que un buen proceso

Ya sea con un cliente o con cualquier proveedor de servicios, llevar a cabo una negociación en caso de disputa es mucho más conveniente que someterse a un proceso abierto en el que tenga que intervenir la justicia, algo que puede alargar los plazos de resolución enormemente.

Ofrecer herramientas al cliente

Normalmente, las disputas suelen venir originadas en el mundo del comercio por la insatisfacción de una de las partes con el servicio ofrecido o con las condiciones con las que este se ha adquirido. El vendedor tiene la obligación de velar siempre por el derecho del cliente, algo para lo existen herramientas que pueden ahorrar costes jurídicos innecesarios. Por ejemplo, el formulario de desistimiento es fundamental en cualquier negocio, especialmente si opera a través de Internet, ya que es necesario para que un consumidor pueda renunciar a los productos o servicios contratados de una forma sencilla y legal, algo que se producirá como una negociación de lo más sencilla.

Marcar los límites de la negociación

Sin embargo, a veces no es posible disfrutar de los beneficios a corto plazo que ofrece una buena o mala negociación. Es en estos momentos en los que se deben marcar los límites del proceso advirtiendo a la otra parte las posibles consecuencias legales que sus distintas acciones puedan generar. Como ya se ha dicho, siempre es preferible evitar esta situación por las muchas complicaciones que acarrea y por correr el riesgo de dilatarse en el tiempo más de lo deseado. Pero si no hay remedio, tanto el propietario de un establecimiento como el consumidor pueden emprender todo tipo de procesos para ver satisfechas sus demandas.

En definitiva, cualquier persona, ya sea comerciante o consumidor, debería optar siempre por agotar la vía de la negociación antes de iniciar cualquier proceso. La inmediatez, la posibilidad de zanjar disputas de una forma amigable y otros beneficios similares son las principales ventajas de optar por ello, aunque no siempre pueda conseguirse de forma efectiva.